Vamos a tratar en
esta entrada la preparación física de un equipo de fútbol sala de categoría
cadete, que comprenden las edades de 14 y 15 años. La programación de esta
preparación así como sus objetivos y contenidos dependen de distintos factores
como la evolución biológica de los jugadores, nivel de los mismo, su momento de
máxima forma, la duración e intensidad de la carga, el calendario de
competición y debe de estar a adaptado a los periodos que debe reunir una
programación anual: periodo de preparación general, periodo competitivo y
periodo transitorio.
Tomaremos como punto de partida el periodo general, que
sería la pretemporada, en la que realizaremos una programación de preparación
física en la que daremos una continuidad a la misma en los siguientes periodos
y respetaremos los principios fundamentales del entrenamiento. Tendremos que
saber la duración de la temporada, los objetivos que tiene el equipo, los
contenidos que vamos a aplicar y programar un amplio abanico de ejercicios para
realizar en cada entrenamiento.
Hay que tener en cuenta que una buena estructura de trabajo
a nivel de preparación física debe ser una pauta para todas las categorías,
especialmente en la anterior (infantil) y la posterior (juvenil), ya que nos
facilitará la visión global del entrenamiento y sus contenidos en este periodo,
así como el trabajo diario y podremos ser más objetivos a la hora de conocer el
volumen, la intensidad y el control del entrenamiento.
Como ya hemos dicho es fundamental conocer los objetivos que
queremos lograr con esta preparación física; tenemos tres tipos de objetivos:
1.
Procedimentales:
desarrollar y mejorar la resistencia aeróbica y anaeróbica, mejorar la
velocidad de desplazamiento y mantener la velocidad de reacción, mejorar la
fuerza (general y resistencia), desarrolla y mejorar la fuerza explosiva y la
flexibilidad.
2.
Conceptuales:
conocer el entrenamiento y los beneficios que nos aporta, ampliar los
conocimientos sobre los hábitos deportivos beneficiosos y conocer los sistemas
de entrenamiento y el beneficio que nos aporta.
3.
Actitudinales:
conocer las aplicaciones del entrenamiento, que respeten y acepten que la
preparación física es necesaria para la mejora del resto de factores del juego
y que sepan valorar el trabajo diario para ayudarles a superarse personalmente
y en equipo.
Aquí tenemos un ejemplo de lo que podría ser una
distribución de los distintos contenidos de trabajo durante el periodo de
preparación o pretemporada, teniendo en
cuenta que se entrena tres sesiones por semana. Esto no se refiere que solo
trabajemos aspectos físicos; el entrenador debe de incluir dentro de cada
sesión contenidos de carácter técnico, táctico y estratégico que complementen a
los contenidos físicos.

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